Un ciclón tropical es un sistema de tormentas, que se caracteriza por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión y que produce fuertes vientos y abundantes lluvias.
Estos extraen su energía de la condensación de aire húmedo, produciendo fuertes vientos. Se distinguen de otras tormentas ciclónicas, como las bajas polares, debido al mecanismo de calor que las alimenta, que por ello, las convierte en sistemas tormentosos de núcleo cálido.
Dependiendo de su fuerza y de donde se localizan, se pueden llamar: depresión tropical, tormenta tropical, huracán, tifón o ciclón.
Los ciclones tropicales pueden producir vientos, olas enormes y muy fuertes, tornados, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas en áreas costeras. Se desarrollan sobre superficies enormes de agua cálida y pierden su fuerza cuando entran en el interior de la tierra. Esta es una de las razones del porque las zonas costeras son dañadas enormemente por los ciclones tropicales, mientras que las regiones interiores están relativamente a salvo de recibir bruscos vientos.
Sin embargo, las fuertes lluvias pueden producir inundaciones en el interior de la tierra, y las marejadas ciclónicas producen inundaciones de más de 40 km al interior.
Aunque sus efectos en las poblaciones y barcos pueden ser catastróficos, los ciclones tropicales pueden reducir los efectos de una sequía. Además, llevan el calor de los trópicos a latitudes más templadas, lo que hace que sea un importante mecanismo de la circulación atmosférica global que mantiene en equilibrio la troposfera y mantiene relativamente estable y cálida la temperatura terrestre.
Muchos ciclones tropicales se desarrollan cuando las condiciones atmosféricas alrededor de un débil movimiento en la atmósfera. Otras se forman cuando otros tipos de ciclones adquieren características tropicales.
Los sistemas tropicales son conducidos por vientos hacia la troposfera; si las condiciones continúan siendo favorables, la perturbación tropical se intensifica y puede llegar a desarrollarse un ojo. En el otro extremo del abanico de posibilidades, si las condiciones alrededor del sistema se deterioran o el ciclón tropical toca tierra, el sistema se debilita y finalmente se disipa.
Estos extraen su energía de la condensación de aire húmedo, produciendo fuertes vientos. Se distinguen de otras tormentas ciclónicas, como las bajas polares, debido al mecanismo de calor que las alimenta, que por ello, las convierte en sistemas tormentosos de núcleo cálido.
Dependiendo de su fuerza y de donde se localizan, se pueden llamar: depresión tropical, tormenta tropical, huracán, tifón o ciclón.
Los ciclones tropicales pueden producir vientos, olas enormes y muy fuertes, tornados, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas en áreas costeras. Se desarrollan sobre superficies enormes de agua cálida y pierden su fuerza cuando entran en el interior de la tierra. Esta es una de las razones del porque las zonas costeras son dañadas enormemente por los ciclones tropicales, mientras que las regiones interiores están relativamente a salvo de recibir bruscos vientos.
Sin embargo, las fuertes lluvias pueden producir inundaciones en el interior de la tierra, y las marejadas ciclónicas producen inundaciones de más de 40 km al interior.
Aunque sus efectos en las poblaciones y barcos pueden ser catastróficos, los ciclones tropicales pueden reducir los efectos de una sequía. Además, llevan el calor de los trópicos a latitudes más templadas, lo que hace que sea un importante mecanismo de la circulación atmosférica global que mantiene en equilibrio la troposfera y mantiene relativamente estable y cálida la temperatura terrestre.
Muchos ciclones tropicales se desarrollan cuando las condiciones atmosféricas alrededor de un débil movimiento en la atmósfera. Otras se forman cuando otros tipos de ciclones adquieren características tropicales.
Los sistemas tropicales son conducidos por vientos hacia la troposfera; si las condiciones continúan siendo favorables, la perturbación tropical se intensifica y puede llegar a desarrollarse un ojo. En el otro extremo del abanico de posibilidades, si las condiciones alrededor del sistema se deterioran o el ciclón tropical toca tierra, el sistema se debilita y finalmente se disipa.
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