sábado, 12 de junio de 2010

La destrucción de Sodoma y Gomorra

Según la Biblia, Sodoma y Gomorra, dos ciudades que se situaban a orillas del mas muerto, fueron destruidas por Dios porque estaban habitadas por gente perversa, que habían perdido la fe y que se daban a la lujuria y a los desfases. Cuando un sobrino de Abraham y su familia estaban fuera de peligro, Dios envió una lluvia de fue y azufre que calcinó a todos los habitantes de estas ciudades y otras dos ciudades, Adnía y Zeboyim. Pero, ¿es esto cierto, o pudo haber sido provocado por la acción de un desastre natural?
No se han encontrado las ruinas de estas ciudades pero estas podrían estar bajo el mar, ya que el nivel del mar Muerto ha aumentado en los últimos siglos.
En cuanto a las explicaciones de este misterioso suceso, primero se supuso que la causa natural que produjo el desastre fue un volcán, pero las pruebas geológicas descartan esta posibilidad pues no se han encontrados restos volcánicos de esas fechas.
La explicación geológica más aceptada es que el mar Muerto se sitúa sobre un valle de rift y la región es altamente sísmica porque siguen produciéndose movimientos a lo largo de las fallas. Además, el mar Muerto es un yacimiento natural de betún y hay algunas filtraciones de petróleo. Los antiguos escritores decían que de las aguas de este mar emanaban olores pestilentes, posiblemente el gas natural asociado al petróleo.
Todos estos fenómenos (gas natural, petróleo y betún) podrían haber sido los desencadenantes de la destrucción. En este ambiente, todo lo que se requiere para producir una voraz incendio es un agente, natural o humano, que encienda el material combustible. Teniendo en cuenta que la afirmación bíblica de que era fuego que venía del cielo, surge inmediatamente la idea de un rayo.
Entonces ¿qué ocurrió realmente? Como hemos dicho no lo sabemos con seguridad, pero muy probablemente, un desastroso terremoto sacudió el valle de Siddim (donde se sitúan estas ciudades), alrededor del año 2000 a.C. liberando gran cantidad de gases naturales y betunes que ardieron a causa de algunos fuegos dispersos provocados, o bien por acción del hombre o por un rayo, lo que produjo la destrucción de las ciudades anteriormente citadas.


Imagen bíblica que muestra a Job y a su familia escapando de Sodoma, que está siendo destruída por una lluvia de fuego enviada por Dios

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